Aun no he logrado comprender porque la base de mi vida se sostiene en la confusión, es como aseverar que un día te quiero y al siguiente saber que sólo ya no estas en mi vida; pero al subsiguiente me invade la nostalgia y te amo.
La verdad siento a mi vida como un ídem de una nación en la que gobierna una necesidad más confundible de extrañarte, aun sabiendo que insistes en todo aquello que nos hace daño; un país dominado por la incertidumbre de todo y que no tiene escudo patrio por que se que de tenerlo seria tu foto y mi bandera seria para ti un homenaje.
He tocado fondo echándome la culpa de todo, buscándote excusas para al menos engañar a mi semi-conciente que aun eres lo que queremos y nos hace bien, que para bien o mal no podemos dejarte de amar.
Al momento de la introspección pesan las múltiples oportunidades tiradas a la basura por la insensata idea de serte fiel, por continuar amándote de manera ciega, sin fundamentos y con un dejo de odio dulce.
De pronto despierto a mi mundillo de fantasías y me veo envuelta de realidad en la que no deja de abundar la mentira, discusiones, desilusiones, muertes, desconfianzas, enfermedades que amenazan con volverse pandemias; en ese momento me doy cuenta que solo me calman tus besos, tus caricias, cada uno de tus calidos abrazos; tu.
Confiar quiero y me cuesta, creerte ciegamente una vez más es lo que realmente me he propuesto pero no logro poder y lo sabes.
Aun con todo esto siempre vuelvo a ti y se que cuando tu no estas hay algo de mi que realmente necesita de todo aquello que me entregas y si te vas nada tiene sentido lógico y hasta la vida, en mi, pierde su curso normal. Esta vez no lo quiero ocultar se lo que siento y es desesperante hacerte pasar por este proceso; pues sabes que sea lo que sea, nuevamente tu ganaras.
Y no quieras que suelte tu mano en este momento por que una marca dejaste no tan solo en mi vida…
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