Creo que es mi orgullo el herido y por eso dolió volver al Pub.

Muchas veces llegamos sin saber o sin querer a lugares en los que no quisieras volver a estar nunca más en la vida, pues los recuerdos son tan duros que oprimen el pecho y revuelven sentimientos momentáneos, entregándote sólo confusión.

Ayer sin recodarlo, entre en un lugar de Manuel Montt más que por lo increíble atractivo del local, por su limpieza o buena música, lo hice por la economía.
Luego de un par de minutos observando con agudeza el local sentí una extraña sensación de haber estado ahí antes.

Mire la decoración de la barra hecha de yeso y botellas incrustadas que reflejaba una intensa luz verde desde el otro lado del bar, color que obviamente era fulgurado gracias a la tonalidad de las botellas. Encendí un cigarrillo y sentí unas profundas ganas de llorar, la rabia se apodero de mi felicidad transformándola casi en odio, mis ojos comenzaron a humedecerse e intente esquivar mis sentimientos levantando mi mano y pidiendo rápidamente una cerveza. Y no se si fue una coincidencia o era lo que realmente buscaba pero el mesero sin que se lo pidiera, asumo que el reflejo de mis ojos se lo hizo saber, coloco una “Escudo” sobre mi meza; literalmente era lo que quería y se convirtió en la excusa perfecta para controlar mis emociones.

Universalmente se sabe que el alcohol es un escudo que nos permite evadir los problemas, los pensamientos, los sentimientos, nos transporta; y en este caso esa heladísima “ESCUDO” no fue la excepción. Me ayudo a no llorara, fue la coraza perfecta para evitar derramar lagrimas que no entendía por que querían salir, y no podía derramar ya que no estaba sola.
Sabia lo que sucedía y no me sentía en confianza para esclarecer cual era mi problema real, entonces una avalancha de recuerdos y cuestionamientos se comenzaron a apoderar de mi cabecita loca.
Apenas entre en el local y mire hacia el interior recordé con quienes había estado ahí y lo más recurrente en mi casa fue pensar si acaso esos 3 meses antes de terminar mi relación con una de las personas que me acompañaba, ya eran pareja mis dos acompañantes; estaba acompañada por mi pareja y una amiga que teníamos en común. Tres meses después de aquel encuentro en ese Pub me patearon, y dos meses luego del termino me entere que la nueva pareja de mi ex era esta seudo “AMIGA”.
La rabia de ayer no era por el engaño, fue por mi, contra mi y más que todo por no darme cuenta a tiempo que me estaban engañando; ayer recordé y comprendí que no solo desde aquellos 3 meses, si no de antes, se venia arrastrando esta traición.

CON L@S AMIG@S NO ES PECADO

Es extraño pero a raíz de un programa de Televisión me he estado cuestionando bastante sobre las relaciones sexuales relámpago. El panel del programa nocturno, hacia énfasis en sus tesis personales sobre las primeras veces con amigos, conocidos y personas netamente desconocidas; todo esto derivó de un episodio anterior en el que se colocaba en el tapete tele-auditivo la existencia de amistad real entre hombres y mujeres.
Mi tesis personal es que si puede existir la amistad sin necesidad de mezclar las cosas o pasarse algún tipo de rollo.
Pero en ocasiones y por diferentes motivos que no vale la pena mencionar, por que más que todo podrían parecer excusas baratas de lo que no se quiere ver o asumir.

De cierta forma creo que estoy bastante de acuerdo con los panelistas del programa, a mi las primeras veces no me acomodan lo suficiente, es más, pienso que soy demasiado ineficiente, y aunque no quiero que suene a excusa, los nervios me dominan impidiéndome actuar como debería.

Para mi el hecho de “estar” con alguien siempre debe ser algo especial, y prosupuesto con una persona genial o importante para mi. Jamás se me habría pasado por la mente meterme con alguien cercano, mucho menos con una amiga.

A veces las cosas pasan cuando menos te lo esperas y con quien menos te lo imaginas, y los intentos por resistirte te vuelven a la realidad diciendo que no somos seres de fierro, que muchas veces mientras mas intentamos evadir o arrancar a nuestros impulsos; estos nos golpean fuerte y seco en medio del motor de partida de nuestros deseos más profundos, nos aceleran los latidos aumentando la libido de manera automática volviendo todo en sólo reacciones mentales.

Así que ya saben, nada de echarle la culpa al copete, a las drogas o lo que sea, las cosas hay que asumirlas tal como vienen; hablarlas si es necesario o dejarlas morir, que muchas veces es lo mejor.
Y por que no, si la primera fue mala, probar una segunda, tercera, cuarta…, en una de esas puede que así, y sólo así, encuentras a tu verdadera pareja sexual.
Entre amigos siempre existe la confianza, y muchas veces la madurez pa’ continuar con las cosas tal como antes, pero con un poco más de confianza.


Libido: Deseo sexual, considerado por algunos autores como impulso y raíz de las más varias manifestaciones de la actividad psíquica.